Un diciembre frío y gris fue uno de los escasos testigos de la vuelta de Siegfried Sassoon a Litherland para reincorporarse al servicio. El antes bullicioso campo de adiestramiento ahora estaba casi vacío, ya que el cuartel había sido transferido a Limerick para combatir la revuelta irlandesa.
Y acto seguido Siegfried fue enviado allí también. Comenzó así 1918 con un reencuentro con viejos amigos oficiales y disfrutando de paisajes idílicos. Sassoon tuvo oportunidad incluso de unirse a una caza del zorro. En pocas semanas le comunicaron su siguiente destino, el frente de Oriente Medio. El febrero hizo el viaje vía Londres, Francia e Italia en tren, para después embarcar en Tarento hacia Alejandría.
El largo viaje culminó en marzo y de Alejandría Sassoon fue a Ramallah para unirse a su nuevo batallón, el 25º de los Royal Welch Fusiliers. Ya había pasado la época de los grandes combates en este frente, así que Sassoon pudo una vez más disfrutar del paisaje y romantizar todo por sus orígenes judíos.
“Estamos en las agrestes colinas mirando hacia Samaria. Estos paisajes de colinas son magníficos. Nuestro campamento está entre higueras. Las estrechas terrazas son jardines naturales de rocas repletos de toda clase de flores; el iris salvaje ha florecido abundantemente en los últimos días, además de tulipanes escarlatas”.
Carta a Edward Marsh, 25 de marzo de 1918
En abril se dio por completada la misión del 25º RWF en Judea y fue trasladado a Francia. Sassoon ya no sentía la necesidad de ser un héroe. Su preocupación ahora simplemente era ser un buen oficial y cuidar de sus hombres. En mayo llegaron a Domvast, lejos del frente, para comenzar el adiestramiento del batallón, que nunca había estado destinado en Francia. Eran necesarias por tanto semanas de entrenamiento para conocer el nuevo entorno. Sassoon se empleó a fondo para preparar a sus hombres e intentar protegerlos. Totalmente absorbido en su trabajo, no quería permisos ni destinos cómodos en Inglaterra.
“La guerra está fuera de la vida y yo estoy en la guerra”.
A primeros de junio se hizo una visita al frente para conocer la situación. La ofensiva alemana de la primavera había sido devastadora y los Aliados habían perdido prácticamente todo el terreno ganado en 1916 y 1917. El 21 de junio se asignó a Sassoon un segundo al mando, Vivian de Sola Pinto, gran admirador de Sassoon como poeta.
“Un hombre alto salió del barracón para saludarme. Ignorando mi saludo militar, me dio la mano:
–Supongo que usted es mi nuevo segundo al mando. Nunca he tenido uno.
–Sí, señor… eeh, ¿es usted el poeta Siegfried Sassoon?
Mientras balbuceaba estas palabras, ya sabía la respuesta. Esa espléndida y erecta figura con una cabeza noble, melena de cabello oscuro, ojos negros y penetrantes y rasgos esculpidos solo podía pertenecer a un poeta”.
Días después se dio por acabado el adiestramiento y el regimiento se desplazó al frente, en el valle de Lys. Era un terreno tan llano que en lugar de trincheras se usaban barricadas. Finalmente, la experiencia del 25º RWF en Judea sería útil en este terreno abierto.
El 27 de junio de 1918 se publicó Counter-Attack, el segundo libro de poemas de guerra de Sassoon. Siegfried lo llamó su “libro enterrador” por el tono sombrío:
“Las palabras ‘muerte’, ‘morir’ y ‘muerto’ aparecen 40 veces en 39 poemas. ‘Oscuridad’ y ‘oscuro’, 16 veces. ‘Guerra’: 15. (…) ‘Cadáveres’: me temo que solo 3 veces”.
Escrito entre mayo de 1917 y febrero de 1918, Counter-Attack era tanto para Sassoon como para su público la expresión máxima de su actitud hacia la guerra y que ya no era tan sorprendente. A la vez que detestaba la guerra y a quienes se aprovechaban de ella, Sassoon era un excelente oficial dispuesto a luchar hasta el final para derrotar a Alemania. Estaba convencido de que la guerra moderna era un horror, pero estaba dispuesto a luchar. Si esto era una contradicción, poco importa. El público por fin entendía a Sassoon y las críticas fueron excelentes, con versos tan contundentes como este del poema Counter-Attack que da título al libro:
Lost in a blurred confusion of yells and groans …
Down, and down, and down, he sank and drowned,
Bleeding to death. The counter-attack had failed.
Perdido en una confusión borrosa de gritos y gemidos…
Abajo, abajo y abajo, se hundió y ahogó
Desangrándose hasta morir. El contraataque había fallado.
(Poema completo aquí: https://www.poetryfoundation.org/poems/57220/counter-attack)
El 10 de julio el 25º RFW pasó a hacerse cargo plenamente del sector asignado. Como decíamos, en este terreno solo se podían hacer barricadas y el puesto de mando de Sassoon estaba excavado en un cráter. Para poder mantener el control del terreno Sassoon organizó patrullas. La noche del 12 de julio a Sassoon le tocó la patrulla nocturna. Un cabo y él atacaron con granadas un puesto alemán y volvieron hacia las líneas inglesas. Con su característica despreocupación, en una pausa para descansar Siegfried se quitó el casco y se levantó para inspeccionar las líneas alemanas. Los alemanes no podían verle, pero sí sus hombres, y un soldado nervioso, creyendo que era un alemán, le disparó. Pinto salió corriendo a por él y lo encontró con una herida en la cabeza y todo ensangrentado. Por una increíble suerte la bala solo había rozado el parietal. Sassoon fue trasladado a retaguardia. El 15 de julio estaba en un hospital en Boulogne y el 18 de julio lo embarcaron para Inglaterra. En ese momento no lo sabía, pero ya no volvería a pisar el frente.
Sassoon fue ingresado en el hospital de la Cruz Roja de Lancaster Gate, Londres. Recibió numerosas visitas en un momento muy bajo de ánimos, dominado por la culpa por no estar con sus hombres. En agosto recibió la visita de Wilfred Owen, que no se atrevió a decirle a Sassoon para no alterarle que le habían vuelto a destinar a Francia. No se lo diría hasta dos semanas después en una carta desde el frente.
Tras el hospital y como la otra vez, Sassoon fue enviado a una casa de convalecencia, esta vez a Lennel, en Escocia. Era muy similar a Chapelwood Manor, aunque en este caso compartió la casa con otros oficiales y además la anfitriona, Lady Clementine Waring, “Clemmie”, era muy diferente a Lady Brassey. Cuidaba de sus huéspedes simpatizando con los horrores sufridos y proporcionándoles actividades, como un huerto similar al de los Ottoline en Garsington.
Lady Ottoline por cierto hizo varias visitas a Lennel intentando mantener activo políticamente a Siegfried. En una de estas ocasiones además le presentó a Frank Prewett, alias “Toronto” (había nacido allí), por el que Sassoon sintió una inmediata atracción física e intelectual.
El 30 de septiembre Sassoon viajó a Londres para cinco días de intensa actividad social con círculos literarios: el de su amigo Ross, Bloomsbury… e incluso con Winston Churchill, que había indicado a sus amistades que quería conocerle. Sassoon se sorprendió con Churchill y a pesar de su distancia ideológica entablaron una larga y detallada conversación sobre la guerra y sus diferentes actitudes.
Este día se completó con ballet y otras actividades y Siegfried acabó extremadamente fatigado. Pero por la noche surgió la oportunidad de ver a Ross y se encontraron, aunque no consiguieron estar a solas. Muy frustrados por la situación, Sassoon se marchó de golpe. Ross le siguió y al menos en las escaleras pudieron despedirse. Esto habría sido una anécdota apenas digna de mención si no fuera porque al día siguiente Ross murió de una parada cardiaca causada por sus numerosos problemas de salud. Sassoon le dedicó un poema que extraña al parecer frío teniendo en cuenta la intimidad que había entre ellos. Pero hay que recordar una vez más las leyes anti-homosexualidad y el pánico que les tenía Siegfried.
So in the days to come, your name
Shall be as music that ascends
When honour turns a heart from shame…
O heart of hearts!… O friend of friends.
Y así en los días venideros, tu nombre
Será como música que asciende
Cuando el honor saca un corazón de la vergüenza…
¡Oh, corazón entre corazones! ¡Oh amigo entre amigos!
Las semanas iban pasando y las negociaciones de paz iban avanzando, alejando cada vez más la posibilidad de que Sassoon volviera al frente. Su vida social continuó y conoció a Lawrence de Arabia, además de un segundo encuentro con un Churchill exultante ante la cercanía de la victoria. Pero el encuentro más importante de estas semanas fue con el legendario Thomas Hardy. Ambos conectaron excelentemente. Sassoon estaba enamorado de su sabiduría y modestia. Hardy le encontró interesante y desarrolló un cierto amor filial que sustituyó a los hijos que nunca tuvo.
Finalmente por fin llegó el armisticio el 11 de noviembre de 1918. Sassoon no estaba en situación de alegrarse. Tras el encuentro con Churchill se había dado cuenta de que la paz podía haber llegado días antes. Mientras tanto miles de soldados habían muerto aún más en vano, entre ellos Wilfred Owen, muerto el 3 de noviembre. En lugar de unirse al desenfreno y la celebración, escribió un poema:
When you are standing at your hero’s grave,
Or near some homeless village where he died,
Remember, through your heart’s rekindling pride,
The German soldiers who were loyal and brave.
Men fought like brutes; and hideous things were done;
And you have nourished hatred, harsh and blind.
But in that Golgotha perhaps you’ll find
The mothers of the men who killed your son.
Cuando estés ante la tumba de tu héroe,
O cerca de un pueblo arrasado donde murió
Recuerda, a través del encendido orgullo de tu corazón
A los soldados alemanes que fueron leales y valientes.
Los hombres lucharon como salvajes; se hicieron cosas horribles;
Y has alimentado un odio duro y ciego.
Pero en ese Gólgota quizás encontrarás
A las madres de los hombres que mataron a tu hijo.
La guerra había cambiado a Sassoon en un aspecto. Su contacto con soldados de clase obrera le había hecho adquirir conciencia de su situación, que con la crisis económica de posguerra se volvió catastrófica. Comenzó a pensar en la manera de implicarse políticamente, aunque por el momento no se atrevió a aceptar la oferta laborista de presentarse por Hampstead.
Y hubo otro cambio inmediato para Siegfried. Hasta ahora había sujetado sus impulsos sexuales por temor a “caer” en una relación con un subordinado. Pero la paz y el fin del contacto con soldados de repente le liberó. Sus círculos sociales le hicieron conocer a quien marcaría sus próximos meses en el amor, William “Gabriel” Atkin, un joven “disipado” para los círculos más conservadores de Siegfried. Comenzaron una intensa relación esta vez no atada por los “controles” de Siegfried. Y por primera vez para él, el 20 de noviembre en un hotel de Londres, el amor dio paso al sexo.
Gabriel y Siegfried pasaron días y días juntos. Y como era de esperar, la poesía se volvió romántica. Pero una relación así no podía durar. Dos meses después comenzaron las discrepancias. Sassoon seguía siendo un puritano y sufría continuos altibajos. Tras satisfacer sus impulsos físicos se autoanalizaba y pensaba y le daba vueltas a todo y sentía rechazo de sí mismo. Era una actitud seguramente provocada por las secuelas de la guerra, ya que como indican las pesadillas relatadas en sus convalecencias, sin duda sufría estrés postraumático.
En diciembre de 1918 Sassoon dio un pequeño paso a la política y colaboró con el candidato laborista y pacifista Philip Snowden en su campaña en Blackburn. Pero los discursos conciliatorios no encajaban en una Inglaterra sedienta de venganza contra Alemania y Snowden no fue elegido. La experiencia permitió ver a Sassoon lo ignorante que era en política y decidió matricularse en Oxford. Comenzó en febrero de 1919, pero los buenos propósitos duraron poco y en seguida se vio atrapado en la vida social. En marzo ya tenía claro que no lo conseguiría.
Había otra cosa fallándole, y era la poesía. Sin la guerra había perdido su inspiración principal. Aún consiguió de todas maneras escribir algunos poemas notables y además el Daily Herald, diario laborista, le ofreció el puesto de editor literario. Sus amistades conservadoras no aceptaron de buen grado que aceptara ese trabajo, pero quienes peor se lo tomaron fueron sus editores. Sassoon intentó convencerles de insertar publicidad en el Herald pero se negaron.
A pesar de los tropiezos consiguió llevar a cabo un buen trabajo e implicar a varios autores para que escribieran columnas y artículos: Tomlinson, Swinnerton… y sobre todo alguien que se convertiría en una gran amistad hasta el fin de sus días, Edmund Blunden. Al igual que con Owen, Sassoon introdujo a Blunden en sus círculos literarios e hizo que su carrera despegara.
Así transcurrieron nueve meses felices y agradables, pero Sassoon volvió a los altibajos, primero físicamente por una ciática. La relación con Gabriel, que todavía se mantenía, fue a peor. Y apenas escribía poesía, aunque gracias al empeño de su editor Heinemann reunió un nuevo volumen, Picture Show. En este estado de ánimo el trabajo para el Herald se volvió rutinario y pesado y acabó renunciando.
En octubre de 1919, tras un verano con amigos y alejado de su madre, llegó su ruptura definitiva con Weirleigh, el único hogar fijo que había tenido. Junto a unos amigos, el matrimonio Turner, compró una casa en el 54 de Tufton Street, Westminster. Y llegó otra sorpresa: fue invitado a dar una serie de conferencias en Estados Unidos, donde su poesía de guerra le había convertido en una celebridad. En enero de 1920 embarcó rumbo Nueva York.
Las cosas empezaron muy mal en Nueva York. El Pond Lyceum Bureau que le había contratado para las conferencias solo había conseguido contratar unas pocas y estaba prácticamente en bancarrota. De hecho habían enviado un telegrama a Sassoon para avisarle a Inglaterra, pero ya se había embarcado. Además de entrada Nueva York le desagradó y llegó con unos terribles dolores de muelas y encías que necesitaron 19 consultas de 1 hora cada una.
Al menos Pond había conseguido algunas entrevistas y una cena en la Poetry Society of America. No le pagaron por ello pero permitió a Sassoon darse a conocer y de inmediato llegaron invitaciones a otras conferencias. No se había preparado la conferencia, pero eso precisamente fue una ventaja dados sus problemas para hablar en público.
Las conferencias se fueron sucediendo y tuvieron éxito. Nueva York fue su base y poco a poco al explorarla su primera mala impresión cambió. Las conferencias además le permitieron entrar en círculos sociales y entabló amistades de por vida con tres autores: Louis Untermeyer, Ben Huebsch y Sam Behrman. Los tres eran judíos y eso le permitió explorar sus raíces. En concreto gracias a Behrman, que le presentó al Sr. Gresser, un anciano impresionado por conocer a un Sassoon y que le mostró el texto que había sobre su familia en la Enciclopedia Judía y la importancia de sus ancestros.
También hubo tiempo para el romance, con Glenn Hunter, un actor 11 años más joven. Fue una relación turbulenta y muy breve, que pasó del enamoramiento absoluto a la desesperación en seis días.
Sassoon acabó pasando medio año en América, con éxito en sus conferencias. Volvió además lleno de energía física y mental. América había ampliado sus horizontes y las conferencias le habían dado más confianza en sí mismo. Y la distancia geográfica entre él y los poetas georgianos también le había permitido apartarse de su entorno y convencionalismos.
También afirmaba Siegfried que esto le había hecho quitarse de encima la guerra, pero eso claramente no era cierto. En su diario seguía expresando estados de ánimo y momentos que encajaban perfectamente con el estrés postraumático. Por suerte al volver tenía Tufton Street y a los Turner, que fueron su roca a la que aferrarse y que le presentaron a más artistas e intelectuales. En esta época mantuvo contacto con T.E. Lawrence, al que como hemos dicho había conocido brevemente en Londres durante la guerra. Lawrence le trajo el manuscrito de Los Siete Pilares de la Sabiduría, convencido de que era una basura. Sassoon lo encontró impresionante y le sacó de dudas de publicarlo.
Los intentos de volver a escribir del propio Sassoon no fueron bien. Con demasiado esfuerzo compiló un nuevo volumen, Recreations. No se atrevió a llevarlo a Heineman e hizo una edición privada para amigos. La recepción fue tibia. Sassoon no conseguía escapar del verso tradicional, a pesar de que en esta época tenía buena relación con Bloomsbury.
Existe el mito de que Sassoon abandonó la caza tras la guerra asqueado de la muerte. Pero no es así. Al contrario, se retiraba de la violencia de la guerra en la caza. Tras algunas reticencias , consciente del clasismo de la caza del zorro y luchando con la poca conciencia socialista que le quedaba, acabó comprándose un caballo y volviendo a cazar. No por ello dejó de pensar en su doble moral, aunque le aliviaban las conversaciones con Rivers, que siguió siendo un gran apoyo y quien le invitó a hacer alguna obra social, sobre todo visitas a presidiarios. Rivers por desgracia no estuvo mucho más tiempo para ayudarle. Murió el 4 de junio de 1922 con 58 años de edad. Sassoon se quedó devastado pero profundamente agradecido por todo lo que Rivers le había aportado.
Sassoon afirmaba que una de sus dificultades para escribir poesía en estos años fue “la maldita complicación del sexo”. Su experimentación le creaba frustración y dolor.
While we are sober, sage and sane,
We plough and plant a sterile plain.
But passion’s climax storming by
With phallic imageries of art
Creates in pomp along the sky
Dazzling cloud-rhapsodies of heart
Aunque somos sobrios, sabios y sensatos,
Aramos y plantamos una llanura estéril.
Pero el clímax de la pasión que irrumpe
Con imágenes fálicas de arte
Crea con pompa en el cielo
Deslumbrantes rapsodias-nubes de corazón
Sassoon tuvo varias aventuras sexuales en paralelo con sus viajes por el sur de Francia, Italia, Alemania… La relación con Gabriel no iba bien, como siempre Sassoon era dominador y controlador, sobre todo por medio del dinero. En 1921 aún no se había decidido a dejarlo, pero le buscó reemplazo y viajó a Italia con Prewett. En este viaje conoció al Príncipe Philip de Hesse y comenzaron una relación, atraído Sassoon especialmente por su standing en la sociedad como príncipe alemán y su altísimo nivel cultural. La relación se alargó hasta 1922 con diversos encuentros, aunque Sassoon pronto lo encontró “poco imaginativo”.
En los años siguientes hubo más relaciones esporádicas. Es significativo que su diario de 1924, el punto álgido de su frustración sexual, estuviera lleno de páginas arrancadas, algo motivado seguramente por los miedos de Sassoon hacia la ley anti-homosexualidad.
La casa de Tufton Street se convirtió en un problema en 1924. Siegfried la encontraba cada vez más incómoda y ruidosa y la relación con los Turner se volvió amarga. En otoño de 1925 finalmente dejó la casa.
Y ese otoño llegaron motivos para el optimismo. Inició una relación con el actor Glen Byam Shaw. Era una persona sensata y sabia y los dos años de relación fueron de los más tranquilos y felices de Sassoon. Le ayudó incluso a encontrar nuevo piso, el de un amigo en el 23 de Campden Hill Square, casa en la que por cierto J.M. Barrie había escrito Peter Pan.
La relación con Glen restableció la confianza de Siegfried en su lenguaje poético. En 1925 escribió un nuevo volumen, The Heart’s Journey, poemas líricos aunque lejos ya de los poemas pesados e inocentes de preguerra.
A flower has opened in my heart…
What flower is this, what flower of spring,
What simple, secret thing?
It is the peace that shines apart,
The peace of daybreak skies that bring
Clear song and wild swift wing
Se ha abierto una flor en mi corazón…
¿Qué flor es, qué flor de la primavera,
Qué cosa simple, secreta?
Es la paz que brilla,
La paz de cielos de amanecer que traen
Canción clara y ala rápida y salvaje
Y esta estabilidad le hizo dar un paso más en su obra: atreverse con la prosa. Comenzó así la escritura de Memoirs of a Fox-Hunting Man.
Memoirs of a Fox-Hunting Man es una obra esencialmente nostálgica, según él provocada por un fin de semana con su madre en Weirleigh en septiembre de 1925. No sabemos si como Proust comió una madalena, pero ciertamente con las conversaciones que mantuvo allí con viejos conocidos tuvo un momento proustiano y se dio cuenta del rico material literario que había en los años de preguerra. Ya no era posible vivir en “aquella Arcadia iluminada por velas, sin teléfono, sin coches”. Sassoon decidió que sería una obra en que un inocente joven acababa descubriendo la realidad de la experiencia humana. Fue así un relato semi-autobiográfico comenzando por su infancia y terminando en los primeros años de guerra y las primeras muertes de amigos, pero que excluye toda la vida literaria de Sassoon para mantener la sencillez del personaje.
La esencia del libro es Inglaterra. Tiene lugar principalmente en el Weald y es un canto al campo inglés y las costumbres de entonces, el -para algunos- idílico mundo de las fincas rurales, el cricket y la caza del zorro. Incluso en la parte final del libro, cuando el protagonista, George Sherston, va a Francia, sigue tratándose de Inglaterra, ya que va allí como un idealista para defenderla. El libro está lleno de todas las personas que marcaron la infancia y juventud de Sassoon, aunque todos con seudónimos y algunos aspectos cambiados. Así por ejemplo él, Sherston, es un huérfano adoptado por su tía. Juega con los seudónimos con un estilo propio de Dickens e incluye aspectos cómicos a través de los secundarios, como Dickens.
Durante la escritura de Fox Hunting Man Glen partió para Nueva York para una gira de siete meses. Glen había sido el inspirador inicial del libro pero en esa época sería reemplazado por la persona que sería más absorbente en toda la vida amorosa de Sassoon: Stephen Tennant. Hijo de Lord Glenconner, era uno más del círculo de jóvenes aristócratas de los Sitwell, conocidos de Sassoon. Tras un encuentro de este círculo en Wilsford, la casa de la familia de Stephen, ambos se interesaron el uno por el otro, quizás como tantas veces en Sassoon por sus contrastes: Siegfried era austero, idealista, físicamente fuerte y Stephen frívolo, despreocupado y de rasgos delicados. Sí que compartían un profundo amor por la literatura y otras artes. Y en este caso, dada la posición de Stephen, no iba a ser una relación de dominio y control con el dinero.
La relación comenzó sin haber acabado con Glen. A la vuelta de Glen no hubo mucho que hablar. Glen reconoció por su parte infidelidades también y amistosamente terminaron.
Aclarado esto, Sassoon pudo volcarse en Stephen y en el grave problema que sufría: tuberculosis. Dispuesto a todo para cuidarlo y al recomendar los médicos un aire más seco y limpio, Siegfried se llevó a los Alpes Bávaros a Stephen, seguido de una estancia en Italia. 1928 transcurrió así en el extranjero y llegado 1929 y tras volver a Inglaterra, Stephen sufrió una recaída, con lo que volvieron a los Alpes. En esta estancia Sassoon aprovechó para comenzar Infantry Officer, la continuación de Fox Hunting Man y que abarca la época central de la guerra. Con una mejora de la salud de Stephen comenzaron su época más feliz, reflejada por Sassoon en The Heart’s Paradise:
At the end of all wrong roads I came
To the gates of the garden without a name.
There, till the spell should fail, I found
Sudden Elysium, strange with sound
Of unknown birds and waters wild
With voices unresolved for rest.
There every flower was fancy’s child,
And every tree was glory’s guest,
And Love, by darkness undefiled,
Went like the sun from east to west.
Al final de todos los caminos equivocados llegué
A las puertas del jardín sin nombre.
Allí, hasta que fallara el hechizo, encontré
Un Eliseo repentino, extraño con el sonido
De aves desconocidas y aguas salvajes
Con voces nada dispuestas a descansar.
Allí todas las flores eran la fantasía de un niño,
Y todos los árboles, invitados de la gloria,
Y el Amor, no mancillado por la oscuridad,
Fue como el Sol del este al oeste.
Tras unos meses de vuelta en Inglaterra, Stephen volvió a necesitar un clima más suave, así que emprendieron un viaje por Italia. En este viaje Siegfried estuvo totalmente absorbido por Stephen y sus necesidades, sin poder escribir apenas. La relación se dificultó e incluso en un poema parecía ya presagiarse el final. En enero de 1930 Siegfried decidió ponerse firme con sus deberes y volvió a Infantry Officer, completado por fin en marzo.
De nuevo en Inglaterra la relación fue a peor y en enero de 1931 estaba claro que Stephen quería distancia. Esta situación coincidió con la publicación de Infantry Officer, que recibió críticas muy positivas. Por tal motivo Sassoon decidió comenzar con la continuación, Sherston’s Progress, que no consiguió completar hasta 1936.
Forzado a mantener la distancia con Stephen, Sassoon siguió su vida con diferentes amistades e intentando estar pendiente de Stephen, aunque la situación era cada vez más desesperante. Llegado 1932, a los problemas físicos de Stephen se sumaron problemas mentales, con un comportamiento voluble y caprichoso, tan pronto pidiéndole a Siegfried que le visitase como después dejándole en la puerta. Finalmente, en la primavera de 1933, Stephen le rechazó definitivamente, y ni siquiera escribió él para comunicárselo a Siegfried. Esa tarea le correspondió al doctor que trataba a Stephen.
Este rechazo llevó a un cambio inesperado y a un auténtico giro en la vida de Siegfried Sassoon que haría comenzar una etapa completamente nueva.
CONTINUARÁ