Habían pasado 20 horas desde que Zvika había salido de Nafakh con sus primeros tanques. Con cara de disculpa, le susurró a Dov: “no puedo más”. Dov le abrazó y lo llevó al centro de evacuación de heridos.
Habían pasado 20 horas desde que Zvika había salido de Nafakh con sus primeros tanques. Con cara de disculpa, le susurró a Dov: “no puedo más”. Dov le abrazó y lo llevó al centro de evacuación de heridos.