Newport-on-Tay es una pequeña población en la orilla opuesta a Dundee, Escocia. Como todos los lugares del Imperio Británico, grandes o pequeños, hizo su aportación en la Primera Guerra Mundial y 84 de sus hijos nunca volvieron. En homenaje a ellos, como en tantos lugares del Imperio Británico, se decidió erigirles un monumento. Pero la polémica que iba a desatar lo marcaría para siempre.
El diseño del memorial se encargó al famoso arquitecto Sir Robert Lorimer. Su propuesta consistía en un pilar de granito coronado por una cruz y con una base con placas de bronce con los nombres de los caídos. El problema lo causaron precisamente las placas. Entre todos los nombres faltaba un soldado: Peter Black.
No hay muchos datos biográficos de Peter Black. Era otro joven más del pueblo, alistado en los Territorials, las fuerzas de reservistas del Ejército Británico. Al comenzar la guerra Peter aceptó que le eximieran de la cláusula de los Territorials de solo servir en el Reino Unido y fue asignado al 1/4th de The Black Watch.
El 1/4th desembarcó el 26 de febrero de 1915 en Le Havre y fue incorporado a la Brigada Bareilly de la 7ª División Meerut, formada principalmente por regimientos indios y complementada con otros regimientos escoceses. Durante 1915 participó en todas las grandes batallas de ese año: Neuve Chapelle, la Cresta de Aubers, Festubert y Loos.
Con el traslado en noviembre de la División Meerut al frente de Oriente Medio, el 1/4th fue reorganizado y algunos de sus hombres, entre ellos Peter, pasaron al 1/7th, asignado a las divisiones escocesas en el Frente Occidental. Peter estuvo así presente también en la carnicería de la Batalla del Somme.
No sabemos qué le ocurrió a Peter tras todos estos combates. Quizás sufrió estrés postraumático. Quizás se desesperó ante la inutilidad de los combates. Quizás simplemente se acobardó, lo que habría sido de lo más normal en un joven de 21 años que llevaba más de un año viviendo estos horrores. El caso es que acabó desertando. Fue capturado, sometido a consejo de guerra y fusilado el 18 de septiembre de 1916. Su tumba se encuentra en el cementerio de Les Trois Arbres, a las afueras de Steenwerck, Francia.
Según Sir Robert, el nombre de Peter Black había sido excluido del monumento porque padres de otros de los caídos dijeron que se negaban a que los nombres de sus hijos estuvieran junto al de un desertor. En una carta a la Comisión Imperial de Tumbas de Guerra (IWGC) dijo que la propuesta local era omitir a Peter porque “no se consideraba adecuado”.
En la misma carta Sir Peter indicaba que había habido una dura protesta por parte de compañeros de Peter, que decían que si su nombre no estaba:
“destruirían el memorial. Ya lo ven, ¡menuda complicación! Por supuesto opino firmemente que no se debería incluir a este hombre. Si me pueden proporcionar una decisión sobre el asunto, sería de una gran ayuda y permitiría al comité taparle la boca a los veteranos”.
El Coronel Durham, que contestó en nombre de la IWGC, dijo que no podía proporcionarle esa ayuda ya que los memoriales locales no eran jurisdicción de la IWGC ni hacer sugerencias ya que no se habían dado casos similares. Como mucho podía sugerir que los veteranos no podían quejarse ya que el memorial se pagaba con dinero público y que si las amenazas iban a más, se trataría de una cuestión policial.
La postura de Sir Robert estaba muy clara, pero las afirmaciones en las que se basaba eran falsas. Ninguna familia había dicho que el nombre de Peter Black no debía estar en el monumento. Un grupo de dignatarios del pueblo había constituido una Comisión del Memorial de Guerra de Newport y había decidido excluir a Peter sin consultar a nadie.
Las amenazas no eran ninguna tontería. Dos veteranos, John Spark y John Squibb, amigos de infancia de Peter, habían robado gelignita de una cantera y la habían ocultado atada al desagüe del wáter de los padres de Spark (sabían lo que hacían, ya que la gelignita es volátil y hay que mantenerla fresca). Spark y Squibb hicieron saber por medio de un mensaje anónimo que si no se cumplían las exigencias de los veteranos, el monumento entero acabaría en el río Tay.
Dada la situación, se convocó un pleno en mayo de 1922 al que acudieron trescientas personas, incluidos tres hombres que habían servido con Peter. Un periodista del diario local narró así los acontecimientos:
“Los veteranos locales expresaron su determinación a oponerse a la decisión del Comité. Los intentos de llegar a un acuerdo amistoso fracasaron. El pleno decidió unánimemente que el nombre debería figurar en el memorial.
El Capitán James L. Cumming, Presidente del Consejo de Zona de Dundee de la Legión Británica, afirmó que deploraba que hubiera sido necesaria una reunión pública de protesta sobre esta cuestión. Este hombre se había alistado a los dieciséis y había servido dos años en Francia.
El Sr. C. N. Craig, de Dundee, soldado 2224 del 1/4th Black Watch, uno de los hombres que había servido con el joven en Francia, dijo tras mirar la lista de los caballeros que constituían el Comité del Memorial de Guerra, que ni uno solo de ellos era competente para juzgar en esta materia (aplausos)… Si se habían forjado ya las placas del memorial, habría que tirarlas y añadir el nombre del muchacho (fuerte ovación)”.
La afirmación de Craig sobre la competencia del Comité se basaba en que ni uno solo de ellos había combatido en el frente. Ni uno solo de ellos había vivido el horror y la pesadilla, el sufrimiento y la camaradería.
El pleno acordó que se creara un nuevo comité de ciudadanos de Newport para llegar a un acuerdo con los veteranos y decirle al Comité que añadieran el nombre de Peter Black al memorial o que dimitieran. El Comité dimitió.
En septiembre de 1922 se inauguró el monumento con los nombres de todos los caídos, incluido Peter Black. Durante la inauguración cuatro hombres de uniforme se colocaron en cada esquina del memorial en la postura de honor habitual: rifles apuntando hacia abajo, manos cruzadas sobre la culata, cabezas inclinadas. Uno de ellos era John Spark, que ya hacía días que discretamente había desatado la gelignita del wáter de sus padres y la había vuelto a dejar en la cantera. Ni él ni Squibb sufrieron ninguna acción legal.
En 2006 el caso de Peter Black fue uno de los muchos revisados según la sección 359 de la Ley de las Fuerzas Armadas de 2006 y a Black le fue otorgado un perdón oficial que:
“Es un reconocimiento de que fue otra más de las muchas víctimas de la Primera Guerra Mundial y que la ejecución fue un destino que no se merecía”.