Un 19 de noviembre de 1879 el maestro de Belmont, Victor Iréné Élie Pergaud, se casaba con Marie Noémie Collette, hija de granjeros y tratantes de madera de la zona que no estaban muy de acuerdo con el matrimonio.
Élie había obtenido su primera plaza de maestro en 1870 en Rougemont, además de ser el secretario del ayuntamiento y el encargado del telégrafo (nada como tener estudios en la época). En 1877 le enviaron a Seloncourt. Era un trabajador serio según los inspectores, pero por su gusto por las fiestas lo enviaron a Belmont el 5 de noviembre de 1877. No le pareció un castigo, ya que lo enviaban a una región de bosques ideal para su pasión, la caza. Conoció a Noémie, seguramente en una fiesta y como decimos se casaron en 1879, apenas dos años después de la llegada de Élie al pueblo.
En agosto de 1880 nació su primer hijo, Pierre Amédée, que murió a los diez meses. Y llegó un segundo hijo el 22 de enero de 1882, nuestro protagonista, Louis Émile Vincent Pergaud.
Louis nació en una Francia traumatizada por el desastre de la Guerra Franco-Prusiana y por la Comuna. Después de un periodo conservador bajo la presidencia de Mac-Mahon, en 1879 fue elegido presidente Jules Grévy y comenzó un periodo de avances sociales. El ministro de Educación Jules Ferry instauró el laicismo y en 1880 la enseñanza primaria gratuita, obligatoria a partir de 1882.
El 18 de octubre de 1883 los Pergaud tuvieron otro hijo, Lucien Amédée. Louis y Lucien dieron sus primeros pasos en Belmont y descubrieron los bosques y animales de la zona. Su padre, con su puesto de maestro y su carácter afable era estimado en el pueblo, pero era un “rojo” en una época en que las zonas rurales eran conservadoras y católicas. Diversas quejas infundadas acabaron consiguiendo que en febrero de 1889 lo enviaran a Nans-sous-Sainte-Anne. Allí se desplazó toda la familia e hicieron nuevas amistades, Louis en la escuela con un niño llamadao Eugène Chatot y al que volveremos con frecuencia.
Aparte de la escuela, los niños se dedicaban a sus juegos habituales, entre otros batallas con niños de otros pueblos. En una de estas batallas Louis fue capturado y le robaron los pantalones. Si este episodio suena familiar a quienes conocen la obra maestra de Pergaud, están en lo cierto. Este episodio real acabaría años más tarde en La Guerra de los Botones.
En otoño de 1889 una tragedia cambió el destino de los Pergaud, aunque para bien. Una niña cayó por una sima de 20 metros cercana a Nans y Élie no dudó ni un momento en intentar rescatarla bajando con una cuerda todo lo que pudo por la sima. El rescate no tuvo éxito y el cuerpo no fue recuperado hasta tres meses después. La víctima era hija del filósofo Jules Lachelier, inspector general de instrucción pública. Emocionado por la valentía de Élie, Lachelier le ofreció su ayuda para cualquier cosa que necesitar. Un tiempo después Élie se enteró de que había una plaza disponible en Guyans-Vennes, cerca de casa de su madre y pidió el favor a Lachelier. Élie Pergaud obtuvo la plaza el 16 de febrero de 1891.
En Guyans-Vennes Élie volvió a los lugares de su infancia y llevó a Louis con frecuencia de caza, acompañados de su perro Ravageot que sería uno de los perros inspiradores de La novela de Miraut. Louis se empapaba de naturaleza, aunque la vida no era fácil en aquella época. Según contaba Lucien en sus memorias, los hermanos se levantaban antes de las 7 para desayunar y marchaban 8 horas a la escuela. Los hijos de agricultores además trabajaban en el campo después de la escuela o se saltaban la escuela si las tareas agrícolas lo requerían.
A pesar de su anticlericalismo Élie enviaba a sus hijos a catequesis, seguramente para contentar a Noémie. Louis ganó el primer premio en el examen previo a la Primera Comunión y recibió como premio una medalla de la Virgen bendecida en Lourdes.
Louis era bueno también en los estudios, a pesar de ser algo gamberro, para vergüenza de su padre y también maestro. Élie no era en absoluto parcial y Louis recibía reprimendas como cualquier alumno o peores. Hubo una de la que todavía se acordaba en 1908 durante una visita de su hermano.
El 14 de junio de 1894 Louis completó la primaria con honores y Élie decidió que había de ser maestro como él. Pasadas las vacaciones Louis ingresó en el internado de Morteau, un lugar lúgubre donde esperaba impaciente las vacaciones para poder volver a sus bosques y campos.
Precisamente cuando Louis volvió a casa por Navidad, el caso Dreyfus estaba en plena efervescencia. Élie por supuesto creía totalmente en la inocencia de Dreyfus y aquí vio su oportunidad un enemigo, el Sr. Paget, antiguo maestro que le tenía envidia y rencor por sus ideas de izquierda. Paget hizo acusaciones falsas contra Élie, pero por suerte el inspector vio claramente la maniobra política y no hizo caso.
Louis continuó el curso siguiente su formación en Besançon y durante ese curso Paget volvió a la carga contra Élie. Un absurdo error administrativo de Élie llevó a una denuncia de Paget y esta vez sí Élie fue sancionado y enviado a Fallerans. Louis no olvidó jamás esta injusticia contra su padre que le hizo tener siempre rencor hacia la administración y el mundo de la política.
Louis continuó cosechando buenos resultados y honores y en 1898 ingresó en la Escuela Normal de Profesores de Besançon. Allí Louis trabó buenas amistades, sobre todo con Eugène Prémoy, Eugène Bichot y Joseph Chevenez. Louis comenzó a componer poemas y a devorar libros.
En la primavera de 1899 la salud de Élie se resintió por unos problemas pulmonares. A lo largo de los meses fue empeorando y el 13 de febrero de 1900 Noémie escribió a sus hijos para que fueran a casa porque temía lo peor. Louis pidió permiso al director de su escuela pero se lo denegó. El 21 de febrero recibió un telegrama anunciando la muerte de su padre.
Ahora por fin Louis pudo marchar y se encontró a su madre totalmente hundida por el fallecimiento de su marido. Escribió al director para solicitar alargar su permiso y cuidar de su madre, pero el 4 de marzo recibió una dura respuesta del director diciéndole que ya había cumplido con su deber familiar y que tenía deberes más importantes en la escuela, y que lo de su madre no era más que una gripe. A Louis no le quedó más remedio que volver y el 21 de marzo recibió otra vez una noticia trágica: el fallecimiento de su madre. Louis quedó profundamente afectado y pasó el resto del curso muy deprimido y mostrando tendencias suicidas.
Para tratar de animarle su amigo Joseph Chevenez le ofreció pasar las vacaciones con él en Levier. Allí ambos amigos disfrutaron del bosque de la Joux y Louis recuperó las ganas de vivir. En una de sus excursiones los amigos fueron a Nans a visitar a los Philibert, amigos de la familia Pergaud, y para su sorpresa en la casa Louis se encontró a su amigo de infancia Eugène Chatot. El reencuentro fue caluroso, sobre todo porque Eugéne también había comenzado a escribir versos. Eugène le habló con entusiasmo a Louis de otro amigo poeta, Léon Deubel, que ya había publicado en algunas revistas. Louis escuchó fascinado los poemas de Deubel que le leyó Chatot.
En el nuevo curso el director de la escuela fue reemplazado. Louis había recuperado los ánimos y continuó escribiendo versos. Escribió a Deubel para manifestarle su admiración y este le explicó que en breve publicaría su segundo libro.
Louis terminó el curso y pensó en solicitar destino. Su primera opción era Nods, cerca de su tierra, pero finalmente optó por Durnes, donde comenzó a trabajar en octubre de 1901. En los ratos libres continuaba con la poesía y se atrevió a enviar un poema y un artículo a La Revue verlainienne, ambos rechazados. Deubel le recomendó en cuanto al poema que tenía que mejorar la forma, y en cuanto al artículo, que tenía que dar opiniones, no imponerlas.
Durnes no era pueblo muy clerical y el alcalde era radical, así que Pergaud fue bien acogido. En cuanto a la enseñanza, Louis perdió rápido el entusiasmo, sobre todo por la nula pedagogía de la época, opinión que dejó por escrito en su informe para la inspección del ministerio. El inspector se tomó a bien su dura crítica.
El servicio militar era inevitable también para un maestro, pero Louis se benefició de ser huérfano y maestro y le redujeron el servicio de tres a dos. Louis fue así reclutado en el cuartel Friedrich de Belfort.
Louis, intelectual y antimilitarista, se encontraba lógicamente fuera del agua en este entorno y aguantó como pudo la sordidez y ordinariez del ambiente. El 6 de diciembre fue destinado al cuartel Bougenel y el ambiente allí mejoró ya que se encontró con compañeros de la escuela normal. Y durante el servicio militar conoció a una maestra llamada Marthe Caffot, con la que comenzó una relación.
El 19 de septiembre de 1903 Louis se licenció con el grado de cabo y el 23 se casó en Belmont con Marthe. En la ceremonia Pergaud y Deubel se conocieron en persona por primera vez.
El matrimonio se instaló en La Barèche y al poco tiempo se vio que la relación no funcionaba bien. Louis era inmaduro y soñador y Marthe esperaba un hombre sólido y fuerte. Para rematarlo, Deubel se presentó en su casa el 5 de diciembre completamente arruinado y Louis no dudó ni un instante en acogerlo para horror de Marthe. Las tensiones constantes acabaron provocando que Deubel se marchara en abril de 1904, para alivio de Marthe y desolación de Louis.
El 16 de agosto Marthe dio a luz a una niña prematura, Gisèle. Pergaud se mostró indiferente y frío. Marthe se fue con sus padres para disponer de ayuda y Louis volvió solo a Durnes. El 11 de noviembre Gisèle falleció y Marthe quedó desconsolada. Para complicar más las cosas, el entierro civil de Gisèle despertó la ira del párroco de La Barèche y Pergaud respondió duramente en diciembre en un artículo.
La muerte de Gisèle puso en aún más apuros al matrimonio y Marthe se marchó a hacer curas a Bourbonne-les-Bains. Louis escribió a Deubel y volvió a mostrar tendencias suicidas. Deubel le disuadió y acudió a verle en enero de 1905. Pero a finales del invierno volvió Marthe y Deubel volvió a marcharse.
Louis continuó con problemas con el párroco y sabedor de los sermones en los que le atacaba, llegó incluso a irrumpir en una misa para replicarle. Algunos padres de la escuela tomaron partido y para cuando Pergaud recibió una inspección en abril de 1905, solo había once alumnos en su clase. El inspector fue comprensivo con la situación, pero le propuso que era mejor para todos hacer un traslado. El 4 de agosto destinaron a Marthe y a Louis a Landresse.
Landresse era entonces un pueblo bastante aislado, sin oficina de correos, teléfono o telégrafo. La población era muy clerical, así que la llegada del matrimonio vino precedida de una mala reputación. Los padres adoptaron la táctica de llevar a sus hijos a la escuela pero presentar quejas ante la mínima falta, como retrasos de pocos minutos al llegar Pergaud a la escuela. Una primera inspección en noviembre de 1905 se resolvió a favor de Pergaud ya que el inspector vio la mala fe de la población, sobre todo al ver que algunos de los firmantes de las quejas contra Louis ni siquiera tenían hijos en la escuela.
Unas memorias de un antiguo alumno confirman que Pergaud era un maestro realmente serio y dedicado. Cuenta por ejemplo que ante la falta de ilustraciones en los libros escolares de la época, Louis había hecho él mismo láminas de anatomía y naturaleza y las había colocado en las paredes de la clase.
Para aliviarse de las frustraciones de la cotidianidad Louis continuó escribiendo versos. También salía a cazar con un habitante del pueblo, Jules Duboz. Jules se convirtió en una especie de segundo padre y su familia en una segunda familia. Duboz era un gran narrador de historias y Pergaud tomaba nota de ellas, sobre todo los recuerdos de infancia en Besançon y las batallas entre las bandas de dos barrios.
Louis encontró de nuevo el amor también dentro de la familia Duboz. Se sentía atraído por una de las hijas, Delphine, y el amor fue correspondido. Delphine se convirtió en la nueva inspiración de poemas amorosos.
Tras mucho tiempo sin saber de Deubel, el 30 de julio de 1906 Pergaud recibió una carta suya enviada desde París, donde vivía ahora su amigo. Deubel le animaba a dejar de sufrir en Landresse e ir también a París. Louis se ilusionó con el plan pero algunos amigos le expusieron las dificultades. Pero en agosto los enemigos de Pergaud volvieron a la carga y presentaron nuevas quejas, despejando así las dudas de Pergaud de que tenía que buscar un nuevo camino. En los próximos meses fue haciendo preparativos e intentando conseguir un trabajo en París, a sugerencia de Deubel, en la Compañía de Aguas.
Pasó así todo un curso y cuando en agosto de 1907 Marthe se fue a descansar con sus padres, Louis puso en marcha su plan. Informando solo a Delphine y a su hermano Lucien, a mediados de agosto cogió el tren a París. En el tren escribía estos versos:
Iré hacia el arte, doblegado bajo leyes inquebrantables,
Con frente feroz, con corazón alegre,
Y llevando en mi seno la fuerza sobrehumana
De tener días malditos por dudar de mi mismo
CONTINUARÁ