Abraham, no puede quitarse de la cabeza que no deja de ser una suerte que le sacaran con los calcetines blancos, que los odia, pero que van bien para hacer deporte. Porque la excusa de los calcetines blancos le ha permitido superar la discusión con Sofía.
Salía el sol cuando Higo Chumbo entró de nuevo en la cabaña. El ambiente estaba cargado en el interior. Higo Chumbo tosió. Esto llamo la atención del único anciano que estaba despierto.
En la oficina me interrumpían continuamente, dándome trabajo y cosas así, y en casa, no encontré la complicidad necesaria por parte de mi mujer. Después de dos semanas seguidas de intentarlo, sentí que había fracasado.
De repente, una palabra se hizo más nítida que las otras, se convirtió sola a negrita, y se elevó hasta mis ojos. “Europe”. Me interesa mucho la opinión que los americanos tienen de Europa.
Los vaivenes del vagón y las continuas paradas en las estaciones no conseguían molestarme. De mi bolsillo delantero del pantalón, saqué el Ipod y los auriculares. Empecé con Half Japanese. Saqué el iPhone, y me hice una foto.