Hay quien dice que desayunar en Madrid sale caro, porque los lugares emblemáticos son secuestrados por multinacionales, o algo, y de la noche a la mañana, el café con leche se convierte en un Latte o en un Capuccino, y te cobran el Trumpmaca a precio de tinta de impresora. Y es verdad.
Para eso no hace falta ir al Café Barbieri —ni que sea su bicentenario—, cuando puedes ir a sitios normales a que te cobren 4 eurazos por un croissant (en el VIPS), o 3 por una galleta de esas grandotas de chocolate.
Siguiendo con nuestra guía estándar de desayunos tapiristas, junto al Índice «Bocadillo de queso y ya está», vuestro humilde servidor se ha desplazado a la Villa y Corte, para ampliar el muestreo del que disponemos desde hace un año.
La primera opción fue fácil: un 100 montaditos. Sencillo, funcional, fácil. Y casi autoservicio. Café con leche —en vaso de Cruzcampo— y un panecillo tostado con mantequilla y mermelada, menos de 3€ por cabeza.
Pero si bajamos nuestro nivel de exigencia y nos situamos en la franja «de batalla», tenemos la opción «El Maestro Churrero». No tienen tostas —pero tienen churros con salsa brava y cerveza— y el café es en vaso de papel. Pero compartes mesa con familias murcianas que hablan con la boca llena. Un festival de los sentidos, ideal para las mañanas de domingo.
En el nivel de «clásicos de ayer hoy y siempre», tenemos el Pezcado, lugar emblemático y legendario donde los haya, y que en verano nos proporciona cucarachas planeando desde el techo, ¡y por el mismo precio!
Y ya para terminar, y aquí sí que tienen tostadas y bocadillos, es el sitio ese que está por la zona de la Las Cortes. Las tostas no conllevan ningún tipo de problema. El bocadillo de queso, como no puede sorprendernos a estas alturas, sí.
La cosa empieza en la pizarra, que te informa que tienen «bocadillo del día». Cuando preguntas cuál es, te dicen que es de beicon con queso. Lo explicitamos, porque fue el bocadillo del día durante dos días seguidos. La contrapropuesta de los clientes:
—¿Podría ser de queso y ya está? — ¡Claro!
Y tras cinco minutos, te presentan un bocadillo con queso fundido, con dos lonchas de beicon rezumando grasa de cerdo y bañando queso, pan y plato.
A la camarera: —Perdona… es que lo pedí sin beicon. —Ay, sí. — se lleva el plato. Al momento, trae el mismo bocadillo, sin las lonchas, pero con restos perfectamente visibles de las mismas. —Perdona… es que… ¿Podría ser un bocadillo simple, de queso y ya está, frío? —¿No lo quieres fundido? —No. —Bueno. Voy. Te lo caliento un po… —No, gracias. —¿No? —No. —Vale…
Y así, tras dos intentos, es como se consigue un simple bocadillo de dos lonchas de queso barato. ¿Que si cuesta menos de 13 €? Pues miren, dos desayunos de café con leche y bocadillo de queso y ya está, con dos cafés con leche extra, 9,80 €.
Como ven, es fácil desayunar barato en Madrid. Lo que pasa, es que hay que estar dispuesto a alguna incomodidad. Ya sea intentar que te preparen cosas inverosímiles, con combinaciones exóticas de ingredientes, a que te americe una cucaracha en el café, o compartir churros regurgitados.
Pero si lo que se quiere es desayunar bien, lo que se dice bien, tranquilo, en abundancia y, sobre todo, barato, tenemos el sitio ideal: quedarse en casa y dejarse estar de postureo o de ir a sitios guay para algo más que hacer la foto de rigor. Como hacemos todos en algún momento u otro.
P.S.: También tenemos las opciones «cena para dos por 13 €» en la misma zona de la ciudad. Pero hay que olvidarse de fotos y estar al quite, no sea que algún borracho te tire la cerveza porcima. Es lo que tiene ir a sitios de gente normal.