Ninguno de los dos recordaría después del incidente que les impulsó a levantar la cabeza de sus respectivos libros. Recuerdan ambos que algo les distrajo de la concentración en la que andaban sumidos. Algo fuera del habitual tránsito de culos, axilas y pies en su particular lucha por el premio al mal olor, tan habitual en un viaje de metro.
Reconstruyamos los hechos. Nos situaremos en el momento del incidente y puesto que sabemos leer la mente y somos transparentes, nos permitiremos la licencia de hablar mayestáticamente en cuanto lo consideremos oportuno.
En un lado del vagón, Alex Ferguson, 28 años. Estudiante eterno de diseño gráfico. Aburrido. Snob. Prepotente. Carente de talento. Está leyendo Chico Ostra de Tim Burton. Por la tarde asiste a un coloquio de cine donde se pretende analizar toda su obra cinematográfica. Alex tiene intención de enfocar su intervención solamente en Chico Ostra. Piensa argumentar que es la única obra que conoce de Tim Burton. Sus motivos tendrá para mentir.
Enfrente de Alex, al otro lado del mugriento vagón, rodeado ahora mismo de una familia de gruesos alemanes, se sienta Yerai Jona Pérez de los Cobos. 8 años. Estudiante. Amante de los dibujos animados y de la PlayStation. Esta leyendo un pequeño tomo de Bob Esponja titulado «La verdadera historia de Chico Percebe».
Es uno de los últimos intentos que harán sus padres para alejarle de los rayos catódicos. Se aproxima el 23 de Abril y esta es la única lectura a la que ha accedido el bueno de Pérez de los Cobos. El actual primogénito de una estirpe en decadencia.
Finalmente, situemos a los creadores del incidente. Esta vez se trata de Aristóteles, Dan Fante y Joaquín Sabina. Se trata de los tres elegidos para la generación de debates espontáneos. Una iniciativa divina que pretende animar a los ciudadanos a debatir, a dirimir diferencias mediante las palabras, a escuchar al otro, a argumentar.
Es una idea de San Agustín. Preocupado por la deriva de la humanidad hacia la idiotez absoluta, está es una de las muchas iniciativas divinas dirigidas a revertir la situación. En concreto, esta de la que hablamos, la Generación de Debates Espontáneos consiste en reunir en una sala a un filosofo y un escritor muertos de diferentes épocas históricas y un intelectual invitado del país donde se genere el debate.
Aristóteles y Fante han elegido a Sabina por sus sobrados méritos poéticos y retóricos, sus punzantes análisis de la sociedad en la que le ha tocado vivir y su innegable compromiso con la cultura popular. De Sabina ha sido idea la elección del escenario: Un vagón del Metro de Barcelona en hora punta matutina. Dan se ha encargado de localizar a los contrincantes en el vagón. Aristóteles, que es contrario a la idea de San Agustín y no esta comprometido con el éxito de la iniciativa ha acudido solo por el dinero y para intentar sabotear en la medida de lo posible, el supuesto debate que tenga lugar.
Pasamos al momento de la acción.
Sabina se sitúa al lado de Ferguson. Y Fante al lado de Pérez de los Cobos. Mediante una técnica electromagnética que debemos a los tibetanos, ambos envían un impulso en forma de picor de nariz a cada uno de los combatientes. Cada uno a su orador. Previamente, Aristóteles, ha doblado la dosis de agresividad recomendada por Planck para eventos de este tipo sin que ni Fante ni Sabina se percatasen de ello. Finalmente, tanto Sabina como Fante, introducen los argumentos a debatir en forma de pensamientos en las cabezas de los contendientes.
Alex Ferguson levanta la cabeza y se hurga la nariz. Mira al frente y se queda pasmado leyendo la portada del librito de su adversario.
Pérez de los Cobos se hurga la nariz sin dejar de mirar los dibujos de su tomo. No esta leyendo nada. Fante interviene y le provoca un enorme picor de orejas. Pérez de los Cobos, ahora sí, levanta la vista, se hurga ambas orejas con fuerza y se encuentra de frente la mirada de odio de Alex Ferguson. Observa como este se levanta y se le acerca. Ferguson parece cabreado.
Le suelta:
– ¿Qué lees? ¿Es esto una parodia de Chico Ostra? Dámelo.
Pérez de los Cobos procesa lentamente los recientes acontecimientos. Dan le envía un pensamiento:
Batman es una mierda. Y Tim Burton un fracasado creador de Universos superficiales.
Pero Fante no ha contado que Pérez de los Cobos es de los que actúa sin pensar. De los que hablan sin pensar. Pérez de los Cobos lanza un puñetazo directo a las partes nobles de Ferguson y acto seguido se pone a llorar llevándose las manos a la cabeza de forma ostensible.
Sabina esta confuso. Su pensamiento para Ferguson había sido:
¡Qué interesante! ¡Chico Percebe! ¡Una parodia del super-héroe! Muy en la línea de mi Chico Ostra. Qué asombroso parecido. Déjame, no obstante, que te ilustre sobre las diferencias entre ambos ya que en Chico Ostra subyace una fuerte crítica al consumismo feroz del que Chico Percebe, sin quizás quererlo, fomenta.
Pero Ferguson no estaba por la labor. Deshechó ese pensamiento al instante de levantarse. Su idea era otra. Tenía la intención de hacerse con el ejemplar de Chico Percebe para ilustrar, aun no sabia como, la superioridad de Chico Ostra enfrente de cualquier otro subproducto eminentemente comercial y alejado de cualquier estética artística.
Pero volviendo al incidente…
Ferguson se agarra las partes aullando de dolor, los alemanes comentan entre si que, efectivamente, España es un país violento y tercermundista, Pérez de los Cobos aumenta el ritmo de sus lamentos y el padre de Pérez de los Cobos se levanta para rematar a Ferguson al grito de «Pervertido de mierda, guarro, peludo asqueroso, vete a tocar niños a tu amada Venezuela», y al ritmo de una serie de patadas descontroladas contra el cuerpo de Ferguson.
El metro se detiene en Plaza España. Los viajeros que bajan apuran para lanzar los últimos WhatsApp sobre el incidente. Los alemanes se bajan sin saber todavía que los accesos a la montaña de Montjuic están hoy cerrados debido a la visita del rey emérito a las obras de ampliación de la Fira de Barcelona.
Ferguson se arrastra por el suelo y consigue abandonar el vagón. Pérez de los Cobos Jr. que ya ha dejado de llorar esta hojeando Chico Ostra, que sujeta como un trofeo que tiene intención de mostrar a sus compañeros de clase. Pérez de los Cobos padre se ha sentado a leer el ABC en su Smartphone. Aristóteles ríe.
Fante le susurra a Pérez de los Cobos jr.:
Bien hecho colega. Menudo trofeo de mierda has conseguido.
Pérez de los Cobos jr. cierra Chico Ostra asqueado pensando en que quizá no es lo que se podría considerar un autentico trofeo. Los dibujos le han parecido para niñas y teme que sus amigos no crean su versión del incidente y piensen que ahora lee libros, y, además, para niñas.
Ferguson es detenido al salir del metro. Su aspecto ha llamado la atención de la Guardia Civil que vigilaba los accesos y lo ha considerado un elemento subversivo.
Ferguson piensa en el coche de la Guardia Civil sino va siendo hora de ponerse ya a trabajar en la Panadería de su tío, o dedicarse a la judicatura.
Fin.
Foto: